Si bien esta distinción es, en cierto modo, arbitraria, y a veces confusa, a los fines
prácticos se puede clasificar al software en tres grandes tipos:
- Software de sistema: Su objetivo es desvincular
adecuadamente al usuario y al programador de los detalles de la
computadora en particular que se use, aislándolo especialmente del
procesamiento referido a las características internas de: memoria, discos,
puertos y dispositivos de comunicaciones, impresoras, pantallas, teclados,
etc. El software de sistema le procura al usuario y programador adecuadas
interfaces de alto nivel, herramientas y utilidades de apoyo que permiten
su mantenimiento. Incluye entre otros: - Herramientas
de diagnóstico - Herramientas de Corrección y
Optimización - Servidores
- Utilidades
- Software de
programación: Es el conjunto de herramientas que permiten al programador desarrollar programas
informáticos, usando diferentes alternativas y lenguajes de
programación, de una manera práctica. Incluye entre otros: - Editores de texto
- Compiladores
- Intérpretes
- Enlazadores
- Depuradores
- Entornos de Desarrollo
Integrados (IDE):
Agrupan las anteriores herramientas, usualmente en un entorno visual, de
forma tal que el programador no necesite introducir múltiples comandos
para compilar, interpretar, depurar,
etc. Habitualmente cuentan con una avanzada interfaz
gráfica de usuario (GUI). - Software de
aplicación: Es aquel que permite a los usuarios llevar a
cabo una o varias tareas específicas, en cualquier campo de actividad
susceptible de ser automatizado o asistido, con especial énfasis en los
negocios. Incluye entre otros: - Aplicaciones para Control de sistemas
y automatización industrial - Aplicaciones
ofimáticas
- Software educativo
- Software
empresarial - Bases de datos
- Telecomunicaciones
(por ejemplo Internet y toda su estructura lógica) - Videojuegos
- Software médico
- Software de Cálculo Numérico
y simbólico.
- Software de Diseño
Asistido (CAD)
- Software de Control Numérico (CAM)
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